Sabemos que las sociedades cada día evolucionan a mayor velocidad, la globalización, la tecnología, las comunicaciones, la virtualidad, la digitalización del mundo entre otras son formas que nos obligan a actuar virtualmente en cualquier evento.
Lo cierto es que la forma de comunicarnos en general cambió, hoy no podemos vivir sin los ordenadores, celulares y demás implementos de esta naturaleza. Esto ha hecho que nuestras vidas dependen cada vez más de nuevas formas, pasamos más tiempo comunicándonos, usando estos nuevos medios.
Los rastros que dejamos con el uso de las nuevas formas van acumulando elementos importantes de nuestros patrimonios, que al morir deben ser incluidos en las sucesiones reglamentadas por la Ley.
Solamente pensemos cuantos documentos almacenamos en los ordenadores, archivos virtuales, cuantos lodging password debemos usar a diario para ingresar a cualquier lugar virtual y físicamente, cuantas llaves digitales usamos, cuantos cambios hacemos de ellas, cuantas cosas que hacen parte del patrimonio hay detrás de esto?
Fotografías versus propiedad intelectual, derechos de autor, documentos cifrados que guardan el secreto de parte del patrimonio material…..
¿Ha pensado si pierde por cualquier causa la conciencia, la lucidez mental o muere?
Estos ya son temas en que el Derecho debe contemplarlo con claridad.
Hoy no se puede pensar en una sucesión sin ese aparente intangible que se creyó por algún tiempo era lo virtual, todo lo contrario lo virtual puede ser de mayor valor en la sucesión.
¿Sabia usted que la virtualidad es un fuerte medio que permite la doble personalidad? Son cada vez más frecuentes los caso en tales eventos de ausencia en que se han perdido importantes activos, o donde los que allí se encuentran son de mayor valor que los conocidos con medios de identificación tradicional.
En conclusión sabemos que cada vez estamos conectados virtualmente a la sociedad y que allí hay una gran parte del patrimonio.
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Bufete de abogados
Herrera & Morano International P.A.
Ciertamente el ciberespacio es inimaginablemente inmenso. Se afirma que si tuviese la humanidad la posibilidad de imprimir todo lo que se encuentra en él, nuca se acabaría de hacerlo y tampoco cabria sobre la superficie de la tierra.
El testamento es una forma de legal que existe en todas las sociedades para disponer como se han de manejar los bienes de una persona cuando muere.
En la actualidad este instrumento se usa incluyendo los bienes físicos, créditos, derechos, bienes tangible e intangibles ….. el gran problema que se presenta está representando en pérdidas incalculables en el momento del balance final. Las personas además de todo esto que se menciona en el artículo hay en los correos, archivos virtuales e innumerables lugares propios de la virtualidad documentos de alto valor cómo contratos, cuentas, depósitos… en fin cantidad de información que soportan importantes activos / pasivos, que al no ser descubiertos para asignarlos o distribuirlos se van prácticamente a la tumba con el causante.
Los estudios sobre cómo los seres humanos productivos que están vinculados al ciberespacio demuestran que es vertiginosamente creciente, en el 2011 se calculan 200 a 500 millones, en 2012 se duplicará, fin se tienen que hacer aproximaciones porque tampoco hay forma de medirlo con aproximada precisión. Esto nos permite concluir que ya es dominante el patrimonio virtual.
Lo más aterrador está en el resultado del balance que arroja las cantidad de personas con vínculos virtuales que jamás piensan en un testamente, las que mueren en sinnúmero de siniestros individuales, masivos, aquellas que pierden la conciencia …
El mundo virtual ofrece las redes sociales que permite conocer mucho de las personas que participan y esto hace que sus vidas sean públicas sin fronteras. También ofrece contrariamente espació de absoluta privacidad donde solamente llega cada quien con su password y clave. La característica de algunos seres humanos es permitir la publicidad de sus vidas, pero siempre dejando los secretos en los lugares más seguros. Ningún ser humano permite que otros conozcan la intimidad de su pensamiento, es decir nunca se puede lograr conocer el cerebro y los procesos mentales de otra persona.
El ingenio humano es ilimitado, estoy muy seguro que se conseguirán soluciones; no más mientras escribía estas líneas, al rededor del mundo simultáneamente otros miles de personas también están trabajando sobre el tema.
FERNANDO JAVIER HERRERA RAMIREZ